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Sebastián Martínez “Tanin” presenta en Cuenca su novela “La ciudad violada”, memoria literaria del asalto carlista de 1874

El próximo martes 15 de julio, a las 19:00 horas, la Fundación Antonio Pérez de Cuenca acogerá la presentación de la novela “La ciudad violada”, escrita por el autor conquense Sebastián Martínez, quien firma bajo el seudónimo «Tanin». El acto contará con la participación del cronista oficial de la ciudad, Miguel Romero.

La obra, ambientada en el convulso siglo XIX español, reconstruye literariamente el brutal asalto carlista a la ciudad de Cuenca en julio de 1874, un episodio silenciado por la historia oficial y prácticamente borrado de la memoria colectiva. A través de una prosa sobria y contundente, Tanin da forma a una narración que retrata con lucidez la violencia bélica, pero también la entereza de una ciudad y de sus gentes ante el horror.

En plena Tercera Guerra Carlista, Cuenca, entonces una ciudad de apenas trece mil habitantes, se convirtió en objetivo militar del infante Alfonso de Borbón y Austria, hermano de don Carlos VII, y su esposa doña María de las Nieves de Braganza, conocida como doña Blanca. Tras una primera toma incruenta por el cabecilla Santés, Cuenca se fortificó, resistiendo el nuevo ataque de las tropas carlistas, que la asediaron y tomaron finalmente el 15 de julio de 1874. El asalto fue feroz, sangriento y devastador, azuzado por la propia doña Blanca, quien lo interpretó como un castigo divino.

Durante cuatro días de ocupación, las tropas carlistas saquearon, arrasaron y humillaron la ciudad, mientras el gobierno liberal permanecía ausente e inoperante. La novela denuncia tres violaciones históricas: la de las tropas carlistas, la del propio gobierno por su abandono, y la de la prensa nacional, que silenció deliberadamente la tragedia. Solo la prensa extranjera recogió los ecos del desastre.

“La ciudad violada” es, por tanto, mucho más que una novela histórica: es un ejercicio de memoria, justicia y reparación, que rescata del olvido uno de los episodios más oscuros —y menos conocidos— de la historia conquense. Como señala su autor, es también una reivindicación literaria del derecho a recordar y del deber de narrar lo que otros han callado.

Un libro que no deja indiferente, una historia que incomoda, conmueve y sacude, y una cita imprescindible para quienes creen que la literatura puede —y debe— iluminar las zonas más silenciadas de nuestro pasado.

Fundación Antonio Pérez de Cuenca