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II Certamen Nacional de microrrelato con Perspectiva de Género.

Los Ojos del Júcar convoca el II Certamen Nacional de microrrelato con Perspectiva de Género en el que podrán concurrir cualquier persona sin distinción de edad o nacionalidad con un relato, cuento, narración o poesía, de una extensión máxima de 300 palabras. De todos los microrrelatos, se elegirán cinco finalistas y un único ganador un primer premio de 200 € y un segundo premio de 100 €.

La obra ganadora será expuesta en la sección “Cuenca Viva-Género” en el número de Invierno 2023 de la Revista Impresa de Los Ojos del Júcar. Las obras finalistas serán igualmente publicadas en la versión digital de la revista.

El plazo de presentación de los microrrelatos será desde el día 24 de enero al 11 de marzo de 2023 y los trabajos se enviarán por correo electrónico a la dirección info@losojosdeljucar.com (ver punto 7 de las bases).

Consulta todas las bases en: https://losojosdeljucar.com/certamenes/ii-certamen-nacional-de-microrrelatos-con-perspectiva-de-genero/

Adjuntamos el relato de Carmen del Río Ruipérez, ganadora del certamen del año pasado.

En ocasiones la mujer se siente culpable. Hay errores que se pagan muy caros, y ella se ha equivocado mucho. No lo lamenta por ella, lo siente por su hijo, no puede soportar que las consecuencias de su torpeza, de su estupidez, las pague tanta inocencia. Lo que más le duele es no haber sido capaz de ofrecerle más que una familia coja, quizás en el futuro eche en falta un padre, unos hermanos. Le da pena no poderle ofrecer más refugio que el suyo, más amor que el suyo, que se le antoja escaso, aunque es inmenso. A veces la mujer tiene miedo, pero luego lo mira devorar su plato de patatas fritas con tanto deleite, tan ajeno a toda carencia, con esa costumbre que tiene al comer de poner su piececito encima del de su madre, sin conciencia, como diciéndole: “todavía estoy unido a ti, todavía somos uno”, y la mujer siente que todo lo que tiene que hacer en esta vida es asegurarse de que su pie estará colocado en el lugar adecuado para que lo encuentre su hijo, aunque algunas noches la culpa le arañe el pecho como una rata tozuda.