Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF reclaman una solución estructural y urgente al deterioro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel
Las medidas coyunturales que actualmente se plantean serían contraproducentes y alejarían las posibilidades de un acuerdo para el Marco de Actuaciones Prioritarias.
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel sigue muy lejos de responder a los valores y funciones que la ley exige a los parques nacionales en España. Aunque las lluvias recientes han generado una imagen aparentemente positiva del humedal, el estado de conservación de sus ecosistemas y biodiversidad es notoriamente desfavorable, e incluso, en algunos casos, extinto. Las acciones coyunturales propuestas no resuelven las causas estructurales del deterioro y se alejan del modelo de conservación que la ley establece para estos espacios naturales protegidos.
Ante la actual situación del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF-España solicitarán formalmente que el Consejo de la Red de Parques Nacionales —que se reúne mañana en Madrid— analice en profundidad la situación del parque. En esta reunión, las organizaciones, muy preocupadas por el deterioro del espacio, llevarán una propuesta de medidas urgentes para revertir su declive y garantizar su viabilidad como parque nacional.
Tres medidas urgentes imprescindibles
Las organizaciones ecologistas consideran que la principal causa del deterioro es la grave sobreexplotación del acuífero de la Mancha Occidental, que debería alimentar el humedal, y que, sin medidas estructurales orientadas a recuperar el régimen hídrico natural, el parque está condenado a perder su integridad ecológica y, con ella, su razón de ser como parque nacional. Es urgente llevar a cabo:
- Reducción sustancial del regadío en el entorno del parque nacional, tanto en superficie como en volumen de agua consumida, para permitir la recuperación de los caudales ambientales del Alto Guadiana y los niveles freáticos del acuífero. Esta es la medida prioritaria y debe abordarse con urgencia por parte de la Junta de Castilla-La Mancha mediante un plan de reconversión agrícola.
- Clausura sistemática de pozos ilegales y extracciones no autorizadas, mediante una actuación coordinada de la Confederación Hidrográfica del Guadiana y la Fiscalía General del Estado. Este paso es imprescindible para terminar con el expolio del acuífero que debería nutrir las Tablas de Daimiel y que está en el epicentro del robo del agua en España.
- Rechazo a soluciones artificiales e insostenibles estructuralmente, como dragados, trasvases o la profundización de la cubeta del humedal, ya que contravienen la legislación sobre parques nacionales y perpetúan la antropización del sistema, en lugar de abordar la raíz del problema ambiental de las Tablas de Daimiel.
Para las organizaciones ecologistas, estos cambios estructurales y ambiciosos en la política agrícola y del agua en la zona del Alto Guadiana son imprescindibles antes de plantearse la inversión de más fondos públicos en un posible Marco de Actuaciones Prioritarias para la recuperación del Parque Nacional.
El parque no cumple con los objetivos legales
Según la Ley 30/2014 de Parques Nacionales, estos son espacios naturales protegidos, de alto valor ecológico y cultural, poco transformados por la actividad humana, y declarados de interés general del Estado. Las Tablas de Daimiel, en su estado actual, no cumplen estos criterios: las aguas están contaminadas, los aportes naturales son casi inexistentes, se han colapsado las turberas, han desaparecido hábitats acuáticos clave con especies como la masiega y las ovas, y se ha alterado gravemente la comunidad de aves acuáticas.
Las soluciones actualmente propuestas profundizan en una mayor transformación y mantenimiento artificial del humedal, lo cual contraviene la normativa vigente.
La superficie inundada del humedal se ha reducido drásticamente en la última década, llegando en diciembre de 2024 a tan solo 25 hectáreas encharcadas de las más de 1.700 hectáreas que deberían mantenerse con agua.
Aunque Las Tablas de Daimiel figuran en la Lista Montreux de Ramsar desde 1990, debido a la sobreexplotación del acuífero 23 y la falta de adaptación de su gestión al cambio climático, 35 años después la situación actual sigue confirmando los motivos por los que se incluyó en dicha lista, habiéndose agravado notablemente sus consecuencias sobre la biodiversidad.
Una última oportunidad
Las organizaciones ecologistas advierten que estamos ante la última oportunidad para salvar el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Si no se adoptan decisiones estructurales e inmediatas, el parque perderá su funcionalidad ecológica y su condición jurídica de parque nacional.
Del mismo modo que se han adoptado medidas extraordinarias para crisis similares en espacios emblemáticos como Doñana o el Mar Menor, las administraciones deben actuar con decisión. De no hacerlo, deberán explicar a la ciudadanía que renuncian a conservar este parque nacional y apuestan por convertirlo en un parque natural devaluado o incluso en un parque temático sin función ecológica real.
Corresponsabilidad institucional
Para las organizaciones ecologistas, tanto el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico como la Junta de Castilla-La Mancha comparten responsabilidades en la gestión de este espacio. El Ministerio, en su papel de garante de la Red de Parques Nacionales y de la política del agua; y la Junta, por haber promovido durante décadas una política agraria insostenible basada en la expansión del regadío industrial.
Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF-España reclamarán en el Consejo un Marco de Actuaciones Prioritarias que no reproduzca los errores del pasado ni se limite a medidas cosméticas. La restauración del parque nacional debe abordarse desde la raíz, con rigor técnico-científico, base legal y una clara voluntad política por recuperar la funcionalidad hídrica natural del humedal.
Las organizaciones defenderán esta posición durante la reunión del Consejo de la Red de Parques Nacionales y se comprometen a seguir trabajando ante ambas administraciones para que Las Tablas de Daimiel vuelvan a ser un referente de conservación y no un símbolo de abandono.