«ABISMOS NECESARIOS» de Antonio De Diego Arias en el MAC Florencio De la Fuente de Huete.
Del 15 de mayo al 10 de septiembre de 2021
El próximo sábado 15 de mayo tendrá lugar, en el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente, situado en la localidad de Huete, la inauguración de la exposición «ABISMOS NECESARIOS» de Antonio de Diego Arias. Con ésta muestra el museo reabre sus puertas después de meses de alerta sanitaria por la COVID-19.
ABISMOS NECESARIOS, de Antonio de Diego Arias (Madrid 1960) se posiciona en la difícil postura de lo contemplativo. Se trata de un proyecto expositivo de mecánicas lentas, aliado de lo silente y de una participación óptica reflexiva, que sugiere desde su lenguaje atender al interés plástico, emocional, meditativo y político de obras de arte que trabajan con ritmos de apreciación pausada.
La obra de Arias atraviesa la cuestión inagotable del Tiempo. La conciencia de la memoria es para él fundamental a la hora de asimilar la relación “objetividad-subjetividad” que defiende en su obra, porque le permite volver a los puntos de partida, conectarlos con el presente propio y social, y así poder proyectar lo posible, como si de la frágil unión de unos hilos delgados y tensos se tratara.
ABISMOS NECESARIOS es una exposición que recoge su obra más reciente: Serie-Negra y Serie-Fuego (realizadas en su mayoría entre 2020 y 2021), junto a una serie de dibujos que sirvieron de estudio para un proyecto pictórico anterior (2014) y que se presentan con el título: Bocetos para la serie Entes.

La sobriedad de la difícilmente clasificable pintura de Antonio de Diego Arias es seña de identidad de su trabajo, que se distingue además por una paleta muy monocroma y por la aparición de figuras sintéticas o geométricas. Sin embargo, en este último período, descubrimos cambios muy significativos en la poética del artista madrileño, que parece acercarnos más que nunca al tejido orgánico de sus paisajes mentales, abandonando en mayor medida las estructuras y las formas, de las que ahora sólo distinguimos parte de ellas, generando cortes definitivos sobre la imagen. Nos damos cuenta precisamente así, de que al colocarnos frente a una de sus pinturas tan sólo estamos asistiendo a una pequeña parte del lugar al que pertenecen.
No hay referencias directas del mundo de la vigilia. La realidad de Arias se proyecta desde lo mental, y esto hace que ignoremos si nos situamos ante lo “micro” o lo “macro”. Existe esta creciente ambigüedad visual en su trabajo, a través de la que perdemos la noción de espacialidad, y nos encontramos ora suspendidos en fragmentos de un universo desconocido, ora sumergidos en los detalles orgánicos de una existencia mayor.
Antonio de Diego entiende el arte como un espacio de introspección y conocimiento acerca de las relaciones que se dan entre el “yo” con lo “otro”. De esta manera genera esta suerte de visiones. La obra de Arias se hunde en el interior de las cosas, es aquí, en este lugar sin fronteras perceptibles, desde donde la oscuridad empieza a vibrar con una frecuencia específica, que hace que poco a poco emerjan de la nada las iluminaciones que comienzan a dar cierta forma a las sombras y brumas oscuras en Serie-Negra, y que se abren a una energía mucho más saturada en Serie-Fuego.
Cuando hablamos de su pintura es necesario incidir en que asistimos a imágenes que responden a lo etéreo, pero que al mismo tiempo reclaman una densidad y un peso muy concretos. Al principio la mirada se pierde en lo atmosférico y en una cierta sensación de extrañeza que provoca la ausencia aparente de rastro, de gesto o de las herramientas con las que se ha trabajado.
Pero a poco que quien mira permanece frente a la obra empieza a hacerse consciente de la densidad del color, de sus matices, sutiles texturas y calidades, de las formas que se componen o desvanecen, de los finísimos hilos que lo sostienen todo.
Enfrentarse a Serie-Negra implica atender a una fragilidad constante, asistir a un momento situado entre un tiempo que se apaga y otro que parece emerger. La incertidumbre es protagonista. Cuando nos referimos a la luz en ellas, estamos ante una luminosidad premonitoria: tupida y corpórea a la vez que brillante y profunda. La espesura de lo desconocido se abre paso en nuestro interior así, para susurrarnos preguntas al oído entre un cuadro y el siguiente.
Los dibujos que vemos en la muestra responden a un estímulo que nos hace conocer diferentes inspiraciones en la obra de Arias. Surgen a partir de un paseo del artista por un campo recién incinerado en Almería. Tras el desastre de este incendio, encuentra restos orgánicos ennegrecidos sobre la tierra, como raíces y rizomas en los que se fija para realizar una serie de bocetos. El resultado es un compendio de entes a caballo entre lo real y lo ilusorio, que emergen de la fragilidad del papel con una corporalidad que deja ver las relaciones siempre existentes aunque a veces imperceptibles, entre la obra de Antonio de Diego y su contexto más cotidiano. Nos hablan del “resto” como cuerpo, como ser en sí, pero también como fragmento y como posibilidad.

Las obras que pertenecen a Serie-Fuego nos descubren quizá el fruto de la esperanza prometeica. El fuego robado no sin castigo. El color se intensifica como muy pocas veces en la trayectoria de Antonio de Diego, con una violencia inusitada, es el color de la luz que permite ver a la vez que nos ciega, saturada, preñada de vértigo, aunque presente, al fin.
Tríptico de un devenir (2021) representa la última obra realizada para esta exposición. En ella confluye una sedimentación de emociones producto de la difícil situación actual, con una reminiscencia de nuevo a lo esperanzador, ahora marcada por una iluminación mucho más tenue, más reflexiva, quizá.
ABISMOS NECESARIOS es una exposición que se disuelve del mismo modo en que emerge: a partir de la inagotable relación entre el Espacio y el Tiempo, entre un presente complejo y la permanente proyección de lo posible, que en el momento definitivo se transforma en necesario.
El comisario: Mario Guixeras
El Museo de Arte Contemporáneo «Florencio de la Fuente» muestra una colección de Arte Contemporáneo de carácter internacional con obras de Picasso, Dalí, Corot, Bores, Villatoro, Ortega, Guayasamín… reunidas por el coleccionista y fundador del Museo, Florencio de la Fuente, cuya colección donó a la localidad de Huete.
El museo organiza habitualmente exposiciones temporales que animan la vida cultural de la ciudad y convierten a Huete en referente del Arte Contemporáneo.
Fuente y más información en El Museo de Arte Contemporáneo «Florencio de la Fuente».
MAC Florencio de la Fuente. Plaza de la Merced 1, Huete, Cuenca.